SOUVENIR

Hoy examinamos una palabra muy querida para mí, SOUVENIR, porque además de ser el título de una hermosa canción (que poca gente conoce), la palabra en sí misma huele a viaje, vacación…

En la enciclopedia oficial Treccani o googleando a través de los buscadores, la definición sigue siendo más o menos la misma: del latín subvenire, ‘venir a la mente’, un uso sustantivado del verbo souvenir ‘recordar’, un objeto que uno se trae, como recuerdo, de un lugar al que ha viajado.

El ejemplo más flagrante es un imán de nevera con el nombre de una ciudad; recuerdo, por ejemplo, haber comprado una salamandra de Formentera que aún decora nuestra nevera, o una maqueta de la Torre Eiffel que mi hija quería comprar en los jardines del Campo de Marte, un trozo del (caído) Muro de Berlín de 1989 y, por último, el costoso e imprescindible osito de peluche de Harrods con la chaqueta roja y el gorro de la Guardia Real británica (bearskin).

En general, la palabra souvenir se degrada y a menudo se yuxtapone a otro sustantivo: trasto, que equivale a objeto de poco valor. La causa de esta degradación, además de por, a menudo, la pinta del objeto, podría remontarse a las tiendas que los venden, situadas en zonas turísticas, con expositores que a menudo ocupan terrenos públicos en el centro de las ciudades y convierten hermosas plazas en zocos desordenados.
Planteo una idea, creo que alguien debería inventar una tienda de souvenirs de lujo en cada capital europea, una concept store siguiendo el modelo de «colette» en París (que desgraciadamente ha cerrado) con sólo objetos de diseño/artesanía representativos de la ciudad que se visita. En Roma, un coliseo de metal precioso fabricado por Bulgari; en Nápoles, corbatas de Marinella y Ulturale con referencias a la ciudad y al golfo; en Londres, una maqueta del Tower Bridge marcada con las líneas de colores de Paul Smith, etc.

Bonsoul, a su manera, intenta, evitando lo ordinario, dejar sitio a la creatividad, el arte y la artesanía… Pensando que quizás esto les incentive a llevarse a casa un souvenir BonSoul con la esperanza de que este tipo de «souvenirs» se convierta en tendencia, y así reducir el típico souvenir made-in-china, representando el recuerdo de otro lugar.